Bellestar (Ermita de Santa Ana)



                                                                             Bellestar (Ermita de Santa Ana)



El reportaje que estás a punto de leer es una muestra más de la desidia y desinterés de las autoridades competentes (y también de la propia gente del pueblo) por nuestro patrimonio. En este caso nos desplazaremos al ribagorzano pueblo de Bellestar, situado a escasos siete kilómetros en línea recta al noreste de Graus.

La triste protagonista de nuestro reportaje es la ermita de Santa Ana, sita en el extremo oriental del pueblo. Autores como José Luis Aramendía o Antonio García Omedes la citan como la ermita de San Esteban. Otros como Francisco Martí o Iglesias Costa la reconocen como la ermita de Santa Ana. Ante la duda pregunté en el pueblo y dos vecinos me comentaron que la correcta advocación es Santa Ana.

Es un edificio de origen románico (s. XII), de nave única y planta rectangular rematada en cabecera semicircular orientada. En algún momento que desconozco fue reducida en su longitud y cerrada aproximadamente a la mitad por un muro de mampostería, en el que se sitúa el acceso actual, hoy en día impracticable por la maleza y los derrumbes. Al interior, la nave se cubría con bóveda de medio cañón y la cabecera con cuarto de esfera. La puerta original abriría en el muro sur; posiblemente desapareció cuando se ejecutó la reforma que redujo su longitud. Centra el ábside un vano en arquillo de medio punto.

Como antes comenté pongo esta ermita como ejemplo de desidia y desinterés, pues además de la lamentable reforma sufrida en la que se le amputó parte de la nave, se ha dejado que la maleza cubra totalmente este ejemplar románico hasta un punto en que es prácticamente irreconocible. Lamentablemente estamos muy acostumbrados a ver iglesias y ermitas engullidas por la maleza en pueblos deshabitados, cosa hasta cierto punto normal. Lo que no es lógico es que esto ocurra en un pueblo habitado como es Bellestar (34 habitantes según el nomenclátor oficial de 2015), y más, siendo la ermita del cementerio. Creo que la gente que reposa bajo tierra a pocos metros del templo no merece esto.

Ya por último, vamos a comparar una fotografía de José Luis Aramendía tomada en el año 1992 con una mía tomada la primera semana de septiembre de 2016. Recordemos que José Luis Aramendía es el autor de la magnífica colección "El Románico en Aragón".



                                                                                 Año 2016 (Cristian Laglera)



   Año 1992 (José Luis Aramendía)